A lo largo de nuestra vida hemos escuchado ciertas cosas que nos parecen un tanto raras, locas y distintas, y si, en el sexo también existen cosas bastante fuera de lo común, a lo que normalmente llamamos “fetiches”, pero ¿en verdad son tan raros?. Acompáñame en estos 4 minutos de lectura a comprender mejor que es el fetichismo.
De primera mano debemos comprender a que nos referimos con este término, puesto que a lo largo de los años la sociedad ha ido malinterpretando esta palabrita. El fetichismo es la atracción y excitación sexual provocada por objetos materiales, situaciones o distintas partes del cuerpo que no necesariamente son los genitales.
Es necesario recalcar que todos somos fetichistas en mayor o menor grado, al menos hoy en la sexología ya no se considera que el tener fetiches sea un problema psicológico, sino que es una expresión más de la diversidad sexual.
Podemos destacar que existen algunos tipos de fetichismo.
- Fetiche hacia partes del cuerpo.
- Fetiche hacia algunas características corporales, como atracción a personas con tatuajes.
- Fetiche hacia prendas o accesorios, como tacones, prendas de cuero.
- Fetiche hacia ciertas situaciones.
Fetiches más comunes
Entre todos los gustos y atracciones existen unos que sobresalen y son más frecuentes, como:
La estigmatofilia: atracción por personas tatuadas, con piercings o cicatrices en la piel.
Quirofilia: el fetiche por las manos.
Podifilia: el gusto por los pies.
katoptronofilia: el placer de observarse teniendo relaciones sexuales frente a un espejo.
Voyeurismo: la excitación de ver a personas teniendo sexo (verlas en vivo).
Swingers: cuando una pareja decide tener encuentros sexuales con más parejas.
Cabe recalcar que cuando esos objetos, situaciones o partes del cuerpo solo nos ayudan a la excitación, como algo “extra” en el encuentro sexual, lo podemos definir como un acto fetichista.
Pero si es meramente necesaria la presencia de estos objetos o partes del cuerpo para conseguir la excitación, estamos hablando de un trastorno de fetichismo, recuerda que los fetiches no son malos, siempre y cuando no causen daño a nuestra persona, ni a terceros.
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