Deja de batallar con la boleada



No te ha pasado que en alguna ocasión después de terminar de arreglarte para salir a una cita o reunión te miras al espejo y observas que la camisa con el pantalón combina y lucen bastante bien, que tu peinado esta impecable, pero cuando bajas la mirada puedes ver que tu calzado no esta del todo bien, pues, aunque hiciste un intento de lustrado no tienen el brillo de comercial que esperabas ver.

Si, te lo digo porque a mi también me ha pasado, y aunque no soy un bolero profesional he intentado mejorar la técnica hasta llegar a una con la que me siento bastante satisfecho y los zapatos quedan muy bien, justo por eso hoy quiero compartirla en los siguientes 3 minutos de lectura.

Empecemos

Primero deberemos quitarles los cordones a los zapatos (obvio si tus zapatos cuentan con ellos), una vez retirados le quitaremos la suciedad con la ayuda de un trapito ligeramente húmedo, solo unas cuantas pasadas, no queremos que se nos termine mojando el par.

Con ayuda de otro trapito seco tomaremos un poco de grasa para boleado y la untaremos en el zapato, para este punto deberás untarla suavemente y con movimientos circulares, así hasta terminar el zapato y de igual manera con el otro.

Para las partes mas delgadas como lo son las costuras o la unión del zapato con la suela podemos apoyarnos de una brocha para bolear que podemos adquirir en cualquier tienda departamental, esta brocha nos ayudará a cubrir mejor las zonas más finas del calzado, justamente esas zonas que no podremos cubrir con el trapito en nuestros dedos.

Una vez terminando de untar la grasa, con ayuda de un encendedor deberás pasar rosando en calzado por la flama poco a poco hasta que la cera se empiece a derretir y empieces a ver brillo.

¡MUCHO OJO! Es solo pasar rosando el calzado con la flama a manera de que el calor desprendido llegue a la superficie del zapato, para realizar este paso se recomienda el suficiente cuidado para que no se exponga de más el par y termines quemándolo.

Ya que la cera fue untada y derretida con el calor de la flama, solo queda cepillar los zapatos con movimientos rápidos y rectos, todo esto para sacar el mayor brillo posible y terminar de lustrar las áreas que siguen teniendo la tinta opaca.

Comentarios